La Voz Edición Digital

Inseguridad en Córdoba. Delito sin tregua, más violento y por las drogas

AZOTADOS. En los barrios, crecen el reclamo y la bronca. El Gobierno acepta que hay más robos y violencia, y lo relaciona con los estupefacientes que consume la delincuencia. Radiografía sobre cómo se roba en la ciudad.

Claudio Gleser cgleser@lavozdelinterior.com.ar

Con una sucesión de graves episodios delictivos en las últimas semanas, la ciudad de Córdoba y alrededores se enfrenta otra vez a una preocupante situación de inseguridad. Asaltos a mano armada con exacerbada violencia, principalmente en las calles, como así también robos domiciliarios y en comercios, han vuelto a dejar a Córdoba en una delicada realidad.

El caso más grave fue el brutal asesinato de un guardia de seguridad ultimado de un balazo en la cabeza al quedar en medio de un asalto callejero en barrio José Hernández. Otras víctimas, en paralelo, terminaron baleadas, apuñaladas o golpeadas a manos de ladrones. En época de crisis, lo robado suele ser magro.

La realidad más seria se vive en las calles, con delincuentes que se movilizan principalmente en motos. No menos delicado es el accionar de bandas que actúan al voleo en autos, por lo general robados en otros asaltos.

En numerosos barrios de Córdoba recrudece el reclamo por los robos y por la violencia de los asaltantes, así como las críticas porque no se ve un patrullaje constante.

Tanto desde el Ministerio de Seguridad de Córdoba como desde la Policía provincial reconocen un aumento continuo del delito en la poscuarentena más dura, al tiempo que se resalta la violencia y se la vincula con las drogas consumidas por los delincuentes. Las autoridades, no obstante, señalan que esta realidad se repite en la Argentina y que a Córdoba no la excede.

“En cuanto a los delitos contra la propiedad, es indudable que en el período poscuarentena se incrementaron, y más aún se tornaron más violentos. El efecto de las adicciones, tanto al alcohol como a los estupefacientes, y las causas concomitantes a la pandemia jugaron un papel protagónico para ello”, dijo el ministro Alfonso Mosquera a La Voz.

La jefa de Policía, Liliana Zárate, ya había reconocido semanas atrás un aumento del delito de manera continuada desde que se flexibilizó el movimiento en las calles en Córdoba, a fines de 2020. El aislamiento estricto fue un espejismo.

A todo esto, el Observatorio del Delito, ente que depende del Gobierno provincial, informará en los próximos días que en 2020, en medio de una cuarentena excepcional, el delito bajó respecto de 2019 en Capital y toda la provincia. No hay datos de 2021.

El punto central es que el Observatorio analiza las denuncias presentadas ante la Justicia. En 2020, con la pandemia, la actividad de las unidades judiciales estuvo resentida. Resta tener en cuenta el alto volumen de víctimas que no denuncian.

Según el Observatorio, a lo largo de

2020 se denunciaron 67.386 robos y hurtos en toda la provincia de Córdoba, mientras que en 2019 habían sido

101.404.

Cuando La Voz quiso conocer datos de la Capital, se indicó que el análisis de las cifras no está listo. “No están las cifras, pero podemos adelantar que en la ciudad se registró una baja también. Son cifras basadas en las denuncias de la gente. Las restricciones en la circulación indudablemente tuvieron relación con esa realidad”, remarcó el director del Observatorio, Roberto González.

A nivel nacional, un informe del Ministerio de Seguridad que conduce Sabina Frederic supo ubicar en 2019 a la provincia de Córdoba en tercer lugar en el mapa nacional de los robos. Los dos distritos más inseguros fueron Neuquén y la ciudad de Buenos Aires. En materia de asesinatos, Córdoba quedó ubicada bien abajo en el ranking.

En consonancia, desde el Panal reconocen que los robos vienen en aumento, pero destacan que los asesinatos están en descenso.

No obstante, hubo al menos seis homicidios en ocasión de robo en lo que va del año. Además del guardia Walter Leyva, asesinado de un tiro en barrio José Hernández, las otras víctimas fueron un expolicía ultimado a balazos en Alto Alberdi y cuatro ancianos muertos en robos domiciliarios en Capital y Villa María. Un ladrón, a todo esto, fue estrangulado por la víctima de un robo en Yofre.

Por otro lado, un albañil fue asesinado en la localidad de Villa del Prado cuando fue a increpar a unos vecinos por unos robos sufridos.

En numerosos barrios de la Capital recrudece el reclamo por los robos, por la violencia de los asaltantes y aumentan las críticas porque no se ve patrullaje. No son pocas las barriadas en donde se vienen concretando protestas callejeras.

En ese marco, los vecinos siguen apostando a la contratación de guardias privados, aunque el costo de estos servicios va en aumento.

Poner rejas, tener un perro, instalar alarmas y colocar “serpentinas” (alambres de púas) son las cuatro medidas defensivas que siguen en pie. No son pocos los vecinos que optan por armarse.

¿Cómo se roba?

El lugar más riesgoso en Córdoba son las calles, el espacio abierto. En eso coinciden vecinos, policías y estudios oficiales. En la vía pública, se reiteran los arrebatos, los robos y – lo que genera mayor preocupación– los asaltos armados.

En su mayoría, los robos son cometidos por varones jóvenes que portan armas de fuego, muchas veces de alto calibre. En muchos casos, estos delincuentes ejercen una violencia exacerbada contra sus víctimas. Tanto desde la Policía y el área de Seguridad como desde la Justicia, vinculan esta violencia con las drogas.

• Los motochoros son el mayor problema en los barrios. Ladrones en moto se mueven de día y noche y atacan al voleo a comercios, peatones, personas en paradas de colectivo y otros motociclistas. El robo de motos es un delito sin freno.

• Hay otros motochoros más “especializados”. Cometen asaltos a personas que salen de bancos o que realizan operaciones comerciales. Se mueven de a varios y se intercomunican con cómplices que andan en autos. Atacan en semáforos o cuando la víctima llega a casa.

• Otro problema son las bandas armadas que se mueven al voleo en autos. Estas bandas cometen entraderas, salideras, robos a peatones o ataques o a automovilistas detenidos. Pueden cometer varios ataques en una noche.

• También hay bandas especializadas: cometen golpes comando a fábricas o a familias (a veces van vestidos de policías); y están los boqueteros que roban cajas fuertes en empresas.

• Un delito violento que detonó en la Córdoba de la pandemia son “las emboscadas del Facebook”. Ladrones ofrecen a la venta artículos ficticios a través de la red social, citan a las víctimas a una calle y las asaltan

Las modalidades delictivas son diversas: desde ladrones que actúan al voleo hasta bandas organizadas.

No dejan de reproducirse los robos contra vehículos estacionados, con inhibidores y ganzúas.

con violencia. Ya hubo heridos a balazos.

• El robo de autos es otro delito sin freno. En la mayoría de los casos, los rodados son sustraídos para cometer otros golpes. En otros casos, van al desarme.

• Robo a viviendas. Es un delito que nunca cesa. Ladrones vulneran las aberturas cuando los moradores no están.

Y hay otro robo que no tiene violencia, pero también detonó en Córdoba: los saqueos a vehículos estacionados. En algunos casos, ladrones rompen las ventanillas o las puertas de los rodados y se llevan lo que encuentran a mano. En otros casos, son más sofisticados y usan inhibidores de alarmas (handies). La sustracción de ruedas (ya sea de auxilio o las colocadas) es otro delito en expansión en las calles. Cubiertas y llantas van a parar al mercado ilegal.

De día y de noche

Históricamente, la noche siempre fue un momento álgido para el delito: distintas bandas coinciden en salir a las calles para concretar sus acciones, sea en la vía pública, en inmuebles o en ambas. La falta de iluminación es una aliada.

De todos modos, en los últimos años, el horario diurno para actuar viene siendo muy elegido por distintos tipos de ladrones: hay más cantidad de eventuales víctimas en las calles.

La siesta es un momento complejo: muchos delincuentes aprendieron que ese momento del día es usado en muchas bases policiales para el recambio de su personal y de móviles. En paralelo, muchos comisarios siguen usando ese momento de la jornada para hacer esa acción.

No hay una zona castigada exclusiva en Capital.

Los robos se vienen registrando en distintos barrios, tanto del sur como del norte de la ciudad. Los videos de cámaras privadas lo ratifican. El Gran Córdoba es otro sector muy castigado. Franjas como Villa Allende y Mendiolaza, Villa Retiro o el cinturón verde sur son escenarios permanentes de graves episodios.

Un reclamo constante en los barrios tiene que ver con el Ministerio

Público Fiscal. La crítica es simple: los damnificados que llegan a hacer una denuncia en una Unidad Judicial (funcionan dentro de las comisarías) y no son atendidos con celeridad. Al sentir que se pierde el tiempo, muchos damnificados deciden marcharse. Esa denuncia no queda cargada en el sistema.

Respuesta policial

Desde Jefatura de Policía se vienen impartiendo dos directivas puertas adentro: mejorar el trato con los vecinos y, ante la limitación en la cantidad de móviles y personal, mejorar el trabajo con el uso de las cámaras de vigilancia.

La jefa de la fuerza, Liliana Zárate, junto con su plana mayor, mantiene reuniones con jefes y viene transmitiendo la orden de optimizar los recursos de móviles con base en lo que captan las cámaras monitoreadas en Jefatura.

En paralelo, se “desempolvaron” los operativos masivos en los barrios, una práctica de dudosa eficacia que ya había sido dejada de usar.

Un punto que repercute en la prestación de seguridad es que muchas patrullas están afectadas a operativos por choques o fiestas clandestinas.

Primer Plano

es-ar

2021-05-09T07:00:00.0000000Z

2021-05-09T07:00:00.0000000Z

https://lavoz.pressreader.com/article/281547998767452

La Voz del Interior