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La derecha cordobesa: entre el frente propio en 2021 o proyectarse para 2023

CONSERVADORES Y LIBERALES. García Elorrio propone una alianza; los libertarios no tienen partido y están obligados a negociar con el Partido Liberal y la Ucedé; y el PRO quiere llevarlos a Juntos por el Cambio.

Juan Manuel González jmgonzalez@lavozdelinterior.com.ar

Las vertientes de la derecha están sentadas a la mesa de negociaciones. Circula entre quienes las integran un

paper con 10 puntos, un núcleo de coincidencias para sellar un acuerdo electoral, posibilidad que hoy parece lejana. De un lado, como representante de los conservadores vinculados al catolicismo, Aurelio García Elorrio, jefe de Encuentro Vecinal. Enfrente, el conglomerado de Republicanos Unidos, varias agrupaciones por ahora sin personería jurídica, aunque con referentes nacionales como Ricardo López Murphy, José Luis Espert o Yamil Santoro. En otra silla, sectores nacionalistas de NOS, que se referencian en José Gómez Centurión.

Esa nomenclatura bajo análisis establece como puntos comunes la vida desde la concepción, la muerte natural, la familia como prioridad, la libertad económica con igualdad de oportunidades y un federalismo real. Es García Elorrio quien impulsa ese frente “ajeno a Juntos por el Cambio”, arca en la ya viajan varios especímenes de la derecha cordobesa, y donde, avisan, hay más lugar para ejemplares libertarios y conservadores.

García Elorrio describe la situación así: “Intentamos conformar un frente local que no se cocine en Buenos Aires, pero que no es de derecha, sino que aspira a ser más amplio, hacia el centro, con gente que no se sienta representada por las estructuras nacionales, tanto la de Juntos por el Cambio como la del Frente de Todos; y pretendemos que se llame Frente Mediterráneo”.

Aspira a sumar por lo menos a Primero la Gente, a NOS y a conservadores radicales y peronistas. Muestra como antecedente de ese espíritu el acuerdo que cerró en Carlos Paz con la Unión Cívica Radical para disputar la Defensoría del Pueblo de esa ciudad, elección prevista para el 27 de junio. De hecho, García Elorrio analiza que “el radicalismo unido va a vertebrar los cambios en esta provincia algún día, cuando se decida a dejar de ser un partido atado al pacto Macri-Schiaretti”.

“Mientras subsista el pacto Macri– Schiaretti y ese pacto coloque al gobernador, los dirigentes cordobeses de Juntos por el Cambio no tienen ninguna capacidad de decisión”, agrega, poniéndole nafta a la ambulancia con la que planifica buscar heridos en el radicalismo y el PRO.

En esa construcción, García Elorrio alambra la llegada de posibles socios: “Nada que no sea fuerte y claramente democrático va a formar parte de este acuerdo; es un límite”, dice en relación a dirigentes que impulsan la portación de armas y su uso civil

“contra la delincuencia”, un discurso propio de Gómez Centurión y algunos libertarios.

El llamado del PRO

“El conservadurismo tiene en Córdoba a su gran héroe que es Aurelio (García Elorrio). Pero a su vez tiene en él a su gran obstáculo para crecer e integrarse a opciones mayoritarias más fuertes”, dice Sebastián García Díaz, ahora del PRO, con terminal en Patricia Bullrich, indiscutible actor de la derecha conservadora.

Él postula que el lugar natural del “liberalismo” es Juntos por el Cambio. “No pueden, queriendo o sin querer, hacerle el juego a la división que busca el kirchnerismo. Tenemos que ir todos juntos para que el mensaje desde Córdoba sea contundente”, dice el dirigente, vanguardista a la hora de aliarse con sectores evangélicos. No es un dato al pasar: el pastor Gerardo Grosso (Cita con la Vida) está sentado en la Legislatura en la banca que le facilitó García Elorrio.

García Díaz analiza y marca la cancha: “El voto mayoritario conservador y liberal sí está contenido en Córdoba: Juntos por el Cambio obtuvo casi el 70 por ciento. Pero hay un sector liberal que está enojado con el gradualismo que intentó Macri. Y un sector conservador que está enojado por la cuestión del aborto. La convocatoria de Bullrich es una clara señal de que se quieren tender puentes (hacia la derecha). Pero quienes se acerquen deben saber que no se pondrá en juego la alianza con el radicalismo, el juecismo y la Coalición Cívica por esta búsqueda”.

Libertarios, sin sellos

En un escenario de atomización de las expresiones de derecha, los sellos son determinantes: la mayoría de las agrupaciones libertarias de Córdoba no están legalmente conformadas o sus personerías caducaron tras la

performance electoral de los últimos años, pese al arribo de influencers y

youtubers que le dan una dinámica distinta al espacio respecto de las otras expresiones de ideología similar.

Es la situación de los cuatro partidos que integran Republicanos Unidos: los Libertarios, referenciados en Agustín Spaccesi; Recrear, con Carlos Oulton como exponente local; Mejorar (Yamil Santoro), en el que milita Eugenia Gordillo; y Unidos, de Gustavo Segré.

“Nos une el análisis de que Juntos por el Cambio no ejerce una verdadera oposición, ni en la Provincia ni en la Ciudad, ya que siempre termina votando junto al peronismo en los temas centrales”, dice Gordillo, una de las “decepcionadas” del PRO. “La única pelea que vale en el PRO es la del reparto de cargos”, justifica.

En ese sentido, agrega: “Interpretamos que hay un vacío de representación que debe ser ocupado, y esa es nuestra construcción hacia 2023. No descartamos sumarnos a Juntos por el Cambio, dependerá de varios factores, pero si lo hacemos será desde otro lugar y con otras condiciones”.

Mientras impulsa desde el centro vecinal de barrio Güemes, del que es presidenta, leyes de “tolerancia cero a la delincuencia”, Gordillo sostiene que “Juntos por el Cambio no es de centro derecha”. “No sé qué es, pero no es de centro derecha seguro: no bajaron los impuesto, no achicaron el Estado, al contrario, con Macri hubo más planes y AUH (Asignación Universal por Hijo); no propusieron nada concreto para los comerciantes y profesionales independientes afectados por la cuarentena”.

Conservadores, partido y rosca

En ese marco de orfandad de infraestructuras partidarias, aparecen dos partidos que serán clave para que la derecha cordobesa no quede en la banquina: Primero la Gente, que renovó sus autoridades recientemente. Ahora es presidido por Gastón Dueñas; a cuya asunción dijeron presente Luis Juez, Gustavo Santos, Gregorio Hernández Maqueda (Coalición Cívica), Rodrigo Agrelo, de Portal de Belén; y el pastor Tito Ruffa. El dato, tampoco casual: no hubo radicales.

El otro es el Partido Liberal Republicano, que comanda Martín Carranza Torres; quien, con los papeles en regla, ya está sentado a la mesa nacional de Vamos. Aunque no descarta un acuerdo con García Elorrio, para él “la prioridad es la unidad de los sectores liberales no confesionales”, anticipándose a la discusión que asoma en el horizonte: “2023 y la reconfiguración del poder tras el fin de la era De la Sota–Schiaretti”.

Con ese plan trazado, Carranza Torres avanza firme con la Ucedé, que acaba de recuperar su personería política, en la construcción de un esquema “táctico y estratégico” que le permitiría después de muchos años “contar en 2021 los porotos del espacio liberal-conservador”. “En lo político: Juntos por el Cambio no entendió lo central, que el modelo es para otro lado. En lo electoral: Juntos por el Cambio no está enfocado en discutirle el poder a Hacemos por Córdoba”, dice Carranza Torres, quizá tensionando para que la centroderecha vuelva a tener un lugar en el poder, como el que le garantizó De la Sota durante tantos años.

Encuentro Vecinal cerró un acuerdo con la UCR de Carlos Paz para la elección de defensor del Pueblo del 27 de junio.

Política

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2021-05-09T07:00:00.0000000Z

2021-05-09T07:00:00.0000000Z

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