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Etiqueta frontal, con visto bueno en Diputados

El oficialismo y el grueso de la oposición se aprestaban a aprobar el proyecto. Los alimentos con exceso de nutrientes críticos llevarán sellos de advertencia para cuidar la salud.

Carolina Ramos Corresponsalía Buenos Aires

Anoche, la Cámara Baja avanzaba en su aprobación tras varias dilaciones.

Los alimentos con exceso de azúcares, sodio y grasas deberán llevar en sus envases un sello de advertencia para prevenir efectos negativos en la salud. El proyecto de etiquetado frontal se encaminaba anoche a su aprobación en la Cámara de Diputados, que ponía punto final a un debate extenso y áspero, cruzado por intereses económicos.

En la última sesión antes de las elecciones, diputados de distintos bloques lograron dejar de lado sus diferencias políticas y coincidieron en la necesidad de saldar una vieja deuda. El texto recibía apoyo de todo el oficialismo –incluidos los representantes tucumanos–, la mayoría de Juntos por el Cambio, los bloques federales y la izquierda.

“El Estado argentino no va a mirar para otro lado, sino que va a dar la pelea para revertir una situación que nos alarma”, destacó la oficialista Cecilia Moreau, presidenta de la Comisión de Legislación General, y agregó que “con esta ley vamos a subir un escalón en la garantía de derechos”.

Desde los palcos y frente al Congreso, activistas de organizaciones civiles como Fundeps, Consumidores Argentinos, Sanar, Consciente Colectivo, Fagran, FIC Argentina, Calisa y Conciencia Solidaria acompañaban el debate, que comenzó cerca de las 16.

La necesidad del etiquetado frontal se fundó en cifras: según informó

Octógonos. Los alimentos y bebidas sin alcohol deberán llevar en la cara principal del envase un sello negro de forma octogonal de advertencia por cada nutriente crítico en exceso: azúcar, sodio, grasas saturadas, grasas totales y calorías.

Moreau, el 66 por ciento de la población argentina tiene exceso de peso, el 32% tiene obesidad, el 40% padece presión arterial elevada, el 30% tiene colesterol elevado, y el 41% de los niños y adolescentes de entre 5 y 17 años padece exceso de peso.

“Al día de hoy, la información nutricional que se brinda es confusa. No sólo es ilegible por el tamaño de la letra, sino que un tercio de la población no sabe que esas etiquetas existen”, sostuvo la legisladora, y aseguró que la flamante ley se basa en “evidencia científica concreta”.

En este sentido, enfatizó que “el octógono negro es la forma más eficaz” para cumplir con el objetivo, y a su vez el Perfil de Nutrientes de la Organización Panamericana de la Salud “es, hasta el momento, el más adecuado” para determinar cuándo hay sobreabundancia de grasas, azúcares o sodio.

Desde la UCR, Brenda Austin resaltó que la dirigencia política “fue capaz de poner por encima de cualquier posición partidaria la defensa del derecho a la salud”, y señaló que “hoy la forma más frecuente de la malnutrición es el sobrepeso y la obesidad, y tiene que ver con la necesidad de cambiar los hábitos alimentarios”.

A su vez, el presidente de la Comisión de Defensa del Consumidor de la cámara, Diego Mestre, apuntó que “no solamente es acceso a la información, transparencia y responsabilidad industrial, sino que fundamentalmente es prevención, y cuando hablamos de salud pública, la prevención es fundamental”.

Contra el “lobby”

El mendocino José Luis Ramón (Unidad Federal para el Desarrollo) elogió el trabajo conjunto de dos senadores de su provincia, Anabel Fernández Sagasti y Julio Cobos, para impulsar la ley, y criticó a “los agoreros del lobby de las empresas que no quieren cambiar su manera de producir los alimentos”, y que “ocultan la información para tener ganancias suculentas”.

El Poder Ejecutivo tendrá 90 días para reglamentar la ley –el texto no establece quién será la autoridad de aplicación–. Luego de ese lapso, las grandes empresas tendrán seis meses para adaptarse, y las pymes, un año. Y en ambos casos, el Ejecutivo podrá disponer una prórroga de seis meses más.

Finalmente, después de ese período, las empresas tendrán dos años más para hacer esfuerzos progresivos para evitar los sellos de advertencia, según las metas que se definan en la reglamentación. Este proceso gradual terminará con la adaptación total al perfil de nutrientes de cada alimento.

El proyecto de ley sancionado ayer había conseguido la media sanción en el Senado por amplia mayoría en octubre de 2020.

Página Delantera

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2021-10-27T07:00:00.0000000Z

2021-10-27T07:00:00.0000000Z

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