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El valor de la producción agropecuaria

El campo está produciendo en Córdoba una de las mejores noticias en medio de una pandemia que no cede en su intensidad. La Bolsa de Cereales de esta provincia estima que la producción agrícola será menor en volumen en relación con la campaña pasada, pero generará ingresos récord dado el valor de los granos en el mercado mundial.

El coronavirus, la sequía en determinadas áreas de producción global y la demanda de China empujaron el valor de las commodities, en especial de la soja, del maíz y del trigo.

El valor bruto de la producción cordobesa alcanzaría los 14.082 millones de dólares, lo que implica un crecimiento de 48 por ciento respecto del ciclo anterior. En términos reales, los ingresos serán unos 4.500 millones de dólares más para la economía cordobesa, por el aporte de los granos y las oleaginosas que se cosechan en el territorio provincial.

Este cálculo teórico no supone un ingreso directo a los bolsillos de los productores, quienes deben descontar el valor de la semilla, de los insumos y de los impuestos. De todos modos, es un monto importante, que motoriza la economía de miles de asentamientos y de cientos de poblaciones vinculadas a la actividad en el campo.

Ahí reside el verdadero valor de la producción agropecuaria: en la expansión de uno de los principales bienes que puede producir la Argentina, en el crecimiento del interior y en el arraigo de miles de familias que, en caso contrario, optarán por trasladarse a los grandes centros urbanos.

Dos años atrás, Córdoba lograba una producción récord. La sequía en el segundo semestre de 2020 atentó contra una mayor producción en este ciclo, pero lo hicieron también las políticas de desaliento trazadas desde el Gobierno nacional, en materia de aumento de las retenciones, de suba de los costos de explotación y de una actitud contraria a la expansión agropecuaria.

La preeminencia de los intereses petroleros por sobre la generación de biocombustibles, que supone una mayor industrialización de los productos primarios, es otra de las políticas que debiera corregir la administración de Alberto Fernández.

Como eslabones de esa cadena, hay que sumar el crecimiento y la innovación en la fabricación de maquinaria agrícola, que coloca a la Argentina a la vanguardia de una industria que está en condiciones de atender la demanda global.

Esta suma de factores, que son el arraigo social, la expansión de los pueblos del interior y el impacto en las industrias de maquinaria agrícola y automotores y en la construcción, entre otras manifestaciones del derrame del campo, es el verdadero valor de la producción agropecuaria.

Todo esto más allá de la ausencia de políticas del Gobierno nacional para alentar una de las actividades más promisorias de la Argentina, cuya economía, por otra parte, está golpeada por una elevada inflación y por un estancamiento en otras ramas fabriles.

El valor récord de la producción del campo conlleva un mensaje profundo que va más allá de la estadística monetaria, el cual no debe ser desatendido por la gestión nacional.

Opinión

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2021-05-09T07:00:00.0000000Z

2021-05-09T07:00:00.0000000Z

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