Plaza España: a mediados de 2022 estaría lista la obra

Avanzan los trabajos de remediación.

La inaccesibilidad a la plaza España, enclavada en el corazón de barrio Nueva Córdoba y punto de encuentro de siete importantes avenidas de la ciudad de Córdoba, hace crecer la incertidumbre sobre la obra que allí se ejecuta desde mayo de 2018 y que debía terminarse inicialmente en diciembre de 2019.

Lo que prometía ser un hito de la ciudad, corrió el riesgo de convertirse en un elefante blanco, pero ahora la Municipalidad de Córdoba salió a despejar las dudas y aseguró que tanto la plaza como los salones subterráneos estarán finalizados e inaugurados a mediados de 2022.

Ese sitio llegó a ser “preinaugurado” un par de días antes de que el entonces intendente Ramón Mestre terminara su gestión, en diciembre de 2019. Mestre aseguró que la obra presentaba un avance del 90 por ciento, e “inauguró” la puesta en valor superficial.

Lo cierto fue que, pese al despliegue de la anterior gestión, nunca se rehabilitó el acceso a la plaza y un par de meses después los trabajos tuvieron que suspenderse porque el perímetro que rodea a la estructura subterránea comenzó a hundirse. El agua se filtró por el techo de vidrio y por fisuras que se produjeron en la cubierta de los salones, que son el piso de la plaza.

Se hunde

“Se hundieron las veredas. Se agrietaron las fuentes. Y entró agua al edificio por el techo vidriado, el cubo de ingreso y las juntas de las losetas”. Así contaba La Voz lo que estaba sucediendo en la plaza España dos meses después de la inauguración – que no fue tal– que hizo Mestre horas antes de finalizar su mandato.

¿Qué fue lo que sucedió? La directora de Arquitectura de la Municipalidad, Ana Mendoza, y representantes de la empresa AMG, que es la que construye la obra, dieron la respuesta. Para implantar el edificio en el espacio verde, se tuvo que cavar una fosa mucho mayor. Una vez implantado, esa fosa se rellenó y se compactó. Pero una filtración que no fue detectada a tiempo en la fuente ubicada en el sector norte de la plaza provocó un colapso en ese suelo. “Cuando colapsa la cisterna, no se sabe cuánto tiempo estuvo cayendo el agua”, relató Mendoza.

Cuando el suelo de relleno comenzó a asentarse, provocó que los contrapisos se empezaran a resquebrajar. “Nos encontramos con este problema que fue evolucionando en el tiempo. Empezó por el norte, siguió por el este, se comenzó a asentar todo ese talud junto a la lluvia que le entraba a la obra”, indicó Mendoza.

Esos movimientos en el terreno hicieron colapsar las instalaciones que estaban asentadas en ese perímetro: la de agua para la fuente y la acometida eléctrica del edificio. “La obra sufría por ingresos de agua”, agregó la funcionaria. También comenzaron a hundirse los famosos tótems que estaban allí colocados.

Un punto que remarcan desde el municipio: la estructura del edificio subterráneo no sufrió daño alguno. Sí, en cambio, las cubiertas y el terreno circundante.

Otro dato: en toda la documentación figuraba que el avance de obra era menor al 90 por ciento, como había dicho Mestre. “La obra estaba en un porcentaje del 76 por ciento. Estaba en un proceso de ejecución, no estaba terminada, por lo tanto los problemas de filtraciones en un proceso de ejecución de la obra está dentro de lo previsto”, explicaron desde AMG.

En ese sentido, Mendoza sostuvo: “Por el interés político, se aceleraron los tiempos. Ellos (por la empresa) tenían presiones más que importantes para que la obra se terminara. Eso intervino en los procesos constructivos. Rellenar ese talud implicaba un proceso con un tiempo que probablemente no se dio”.

Cómo salvar la plaza

En ese momento, y con Martín Llaryora ya instalado en el Palacio 6 de Julio, comenzó una larga negociación con AMG para iniciar la remediación de la obra.

La empresa decidió asumir el problema. Se hicieron estudios de suelo en todo el perímetro para terminar de verificar lo que estaba pasando: el hundimiento del talud que rodeaba al edificio. “Propusieron una solución estructural: independizarse de ese movimiento con una nueva estructura de hormigón armado que ocupa el perímetro”, detalló la directora de Arquitectura.

Las autoridades municipales se querían asegurar de que todas las canalizaciones de las instalaciones quedaran seguras y firmes para que no volviera a suceder lo de febrero de

2020.

“Toda esa obra había sido ejecutada y certificada. La empresa se hizo cargo de la remediación de todo este tema al 100 por ciento. Nos llevó casi dos meses ponernos de acuerdo para terminar de definir el proyecto final para los asentamientos y para frenar las filtraciones. Entraba agua por múltiples lugares, se atendió cada una de esas situaciones y se han definido nuevas soluciones constructivas para poder remediar este asunto”, subrayó Mendoza.

Luego vino la pandemia de Covid19, lo que paralizó los trabajos.

La remediación

La obra de remediación consistió en dos trabajos distintos: reforzar los asentamientos del edificio y resolver las filtraciones que se producen por los problemas en las dos cubiertas: la de hormigón y la de vidrio.

Para “independizar” todos los servicios que ingresan al edificio y reforzar el talud, se tuvo que ejecutar todo un perímetro de hormigón, que requirió la construcción de más de 50 pilotes nuevos. “Se construyeron losas fundadas para cuidar de que no se mueva y para montar las nuevas instalaciones”, explicaron desde el municipio. Los trabajos comenzaron en febrero de este año.

“Hay un canal sanitario, que es el que lleva todas las instalaciones que hoy por hoy sabemos que están en situación segura. Todo lo que estaba se removió al ciento por ciento, y se volvió a ejecutar”, remarcó la directora de Arquitectura.

También se tuvieron que estabilizar los tótems: se cavó, se levantaron con grúas y se construyeron bases de hormigón.

Qué se está haciendo

Durante dos meses se hicieron pruebas hidráulicas en todas las nuevas instalaciones para verificar que esté todo de modo correcto. Según el municipio, los resultados fueron óptimos.

El viernes, La Voz recorrió la obra. Ya se concluyó con el refuerzo perimetral, y ahora se está trabajando en la impermeabilización de la cubierta. Para eso, se levantaron todas las losetas de la vereda que rodea la cubierta de vidrio.

Sobre esos senderos, se colocará una nueva capa de membrana geotextil, que estará recubierta por una carpeta de protección y luego se le instalarán nuevas losetas.

La cubierta de vidrio también tiene filtraciones: por los bordes, donde se une con la carpeta de losetas de hormigón, producto de cómo trabajan los distintos materiales; y por las juntas entre los vidrios, que están unidos por un sellador.

“Se va a poner una canaleta y se va a levantar el 100 por ciento de la cubierta vidriada, y como el problema del sellador no tiene más que la garantía, se arma una estructura de desborde para que cuando caiga agua, se canalice y vaya por debajo”, detalló Mendoza.

De manera simplificada: se construirá una canaleta por todo el perímetro para evitar que el agua del resto de la plaza llegue a la cubierta de vidrio. Esa cubierta se levantará completamente, para lo que se instalará una carpa para evitar que las lluvias ingresen al edificio.

Debajo de cada unión de vidrios, se colocará un perfil que tendrá como función recolectar el agua que pueda filtrarse por el sellador, de manera que no haya goteras en el interior.

Desde el municipio y desde la empresa remarcaron: toda la remediación tiene “costo cero” para el municipio. Se ejecutaron seguros de caución, según indicaron desde AMG, de allí se tomaron los fondos que, según calculan los funcionarios, demandaron una inversión de unos 40 millones de pesos.

Cuándo se termina

Después de la etapa de impermeabilización –que significará el fin de la remediación–, hay que completar el edificio, que todavía no tiene un destino definido.

En ese sentido, y pese a todos los trabajos, la obra tiene actualmente un avance del 76 por ciento. En la gestión de Llaryora aspiran a concluir a mediados del año que viene. Mendoza aseguró que el uso del edificio es limitado, ya que por ejemplo no tienen montacargas.

Otro punto importante a resolver es la accesibilidad, que fue justamente el problema histórico de la plaza España y que la hizo entrar en un proceso de tugurización. Una opción que analizan en el municipio es la construcción de puentes peatonales que faciliten la integración con el entorno urbano.