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La viruela del mono no es una enfermedad de gays

Lucas Viano

La viruela del mono vuelve a reflotar el drama de la discriminación y hace recordar a los primeros años de la década de 1980, cuando se detectaron los primeros pacientes con sida.

El brote actual por este patógeno preocupa a las autoridades sanitarias porque está sucediendo fuera de la región endémica (el centro y oeste de África) y sin nexo epidemiológico con ella. Los primeros casos fueron detectados en Reino Unido entre hombres que se identificaron como gays, bisexuales y hombres que tienen sexo con hombres (HSH).

Si bien estas minorías sexuales podrían tener un mayor riesgo de contagio, también están más alertas

Lucas Viano lviano@lavozdelinterior.com.ar

de su salud. Muchos de los casos detectados ocurrieron en clínicas de salud sexual. Los pacientes fueron a consultar por lesiones que eran compatibles con otras infecciones de transmisión sexual (ITS) ya endémicas como el herpes.

Quizás la comunidad gay sea la primera en advertir la llegada de este patógeno, gracias a su mayor historia en la toma de conciencia respecto de las ITS.

Los primeros años del sida

Una historia que fue dolorosa a inicios de la década de 1980, cuando comenzaron a surgir los primeros casos de sida. Se la etiquetó como una “enfermedad de gays”. Eso provocó un sufrimiento incalculable en las comunidades homosexuales.

“Los casos no se informaron en los primeros días de la epidemia, ya que las personas que contrajeron el virus pasaron a la clandestinidad en lugar de buscar atención médica”, recuerdan en un artículo de la revista científica Plos, los expertos en VIH Boghuma Titanji y Keletso Makofane.

Y aseguran que esa discriminación impidió que los científicos y profesionales de la salud pudieran aprender rápido sobre la naturaleza del virus, su forma de transmisión y posibles terapias. Recién cuando se demostró que el VIH no era solo “una enfermedad de gays” se activaron más recursos y las autoridades comenzaron a abordar seriamente a esa pandemia.

Otras vías de contagio

Con la viruela del mono hay otros aspectos a tener en cuenta. El VIH se contagia principalmente a través de las relaciones sexuales. Pero la vía de contagio de la nueva viruela es cualquier contexto que implique un contacto estrecho, no solo el sexo.

Por ejemplo, el contacto con las lesiones purulentas de las personas infectadas e incluso su ropa y sábanas pueden ser focos de contagio.

También comparte una vía de transmisión con el coronavirus: las gotitas de saliva que la persona infectada expulsa mientras habla, estornuda, canta, etc. contienen virus, el cual puede ingresar por las mucosas de los ojos, nariz y boca de otra persona si está muy cerca.

E incluso algunos expertos arriesgan que también podría contagiarse a través de partículas virales que permanecen en el aire. En cualquier caso, la interacción debe ser más prolongada que la que el coronavirus necesita para transmitirse .

Inmunidad perdida en jóvenes

El foco también está puesto en las personas jóvenes de entre 20 y 40 años. Ocurre que es el grupo más gregario: están en contacto con mucha gente por trabajo, vínculos sociales, etc. Además ya no están vacunados contra la viruela humana, la cual podría dar cierta inmunidad contra el nuevo patógeno. Esta protección sí la tendrían las personas de más de 40. En Argentina la vacuna variólica se eliminó del calendario en 1979.

La estigmatización de minorías sexuales o raciales es ya de por sí repudiable. Pero además, la historia del sida muestra que también debilita la respuesta frente a un brote de una enfermedad infecciosa.

Si bien los primeros casos se detectaron en hombres que tienen sexo con hombres, la estigmatización frena la respuesta sanitaria.

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2022-05-26T07:00:00.0000000Z

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