Belgrano hizo patria

Le ganó a Platense por penales en La Rioja y pasó a una nueva ronda de la Copa Argentina.

La hinchada de Belgrano, inmensa en La Rioja. La hinchada de Belgrano haciendo historia con 20 mil personas en otra provincia. De leyenda. Copando otra ciudad un miércoles 25 de mayo de 2022 para alentar al equipo contra Platense por los 32avos de final de la Copa Argentina.

No era la final, era el primer partido. Y no importaba. Importaba Belgrano. Como sea. Cuando sea. Donde sea. A esa gente no le cabe más nada que ir, que sentir y que estar. Y sabiendo que se iba a presentar un equipo suplente. Y sabiendo que “el” objetivo era otro (el ansiado ascenso a la Primera División). Al final de todo, otra vez, se impone una de las verdades incuestionables que ostenta Córdoba: nada frena a Belgrano y su gente.

Su hinchada construyó otra epopeya que sus protagonistas contarán por los siglos de los siglos. Lo de ayer fue un hermoso delirio de hinchas cordobeses y cordobesas (como también han demostrado los colosales aguantes de Talleres, Instituto y Racing en otras competencias). Pero para Belgrano, en particular, fue un día patrio. Un día épico para la patria pirata. Una jornada de récord, una que se mete directo en las procesiones futboleras más imponentes de las que se tenga memoria.

Esta es la crónica de esa movilización celeste a 500 kilómetros de casa. Y lo que sigue es ponerle palabras a una jornada mágica, con Belgrano ganando por penales 4-1 después de empatar 1-1 en los 90 minutos y siendo feliz y haciendo feliz a su gente.

Pasó, y quedará para siempre

Cosas de Belgrano. Cosas por Belgrano.

De la previa en los campings de La Rioja, a transformar los accesos al estadio Carlos Augusto Mercado Luna en las calles de Alberdi.

De la pasión por saberse suprema mayoría en otras tierras a la locura de entrar a la cancha ya con la garganta al límite de tanto cantar. Había éxtasis. Había empatía. Estaba el abrazo con esa y ese que se ven habitualmente en la tribuna preferencial, en la Cuellar o en la popu. Esa cercanía es lo que se vivió. Fue como en el Gigante. Todo. Hasta la entrada del equipo, que fue justamente eso: un recibimiento “gigante”. 20 mil a “grito pelado”. 20 mil a los que no les interesó más nada que Belgrano. Gonzalo Bergessio hizo el gol del 1-0 de Platense y ni se notó. Lo taparon con aliento. 20 mil que bancaron al equipo en esos minutos posgol, momentos en los que los dirigidos por Guillermo Farré transitaban el campo en una imagen deshilachada.

Claro que esas almas se sintieron parte del rescate emotivo de los jugadores. Y por eso se apropiaron del gol de Joaquín Susvielles. Fue una locura. Había que gritar un gol en La Rioja y lo gritaron con delirio. Era el empate. Era, en algún sentido, la paga a ese aliento.

Y en esos minutos después de la igualdad sonó estruendoso el “soy de Belgrano, soy, soy, soy”. Fueron minutos de jolgorio en las tribunas. Trompetas a pleno. Bombos atronando. Todo, todito, todo.

Todo a favor

Y el segundo tiempo arrancó en esa onda positiva. De que este Belgrano estaba para imponerse sobre este Platense.

Los ingresos de Pablo Vegetti e Ibrahim Hesar aumentaron las ilusiones. Tanto como una atajada del arquero Manuel Vicentini. En las tribunas, seguía la rutina del aliento. Y el viento flameaba banderas. Ampliación Cabildo. Mauri. Soko. La Ávalos.

Zona Norte. Fútbol recreativo. Vinchi. Eze. Urca. Por la Camiseta. Boulevares. Villa Los 40. Maldonado. La 17 Pte. Y más...

Cientos de banderas para un sentimiento que no tiene cura ni explicación. Y se notó en el ya clásico minuto 68, con el “no se compara” en los gritos de las y los que gestaron la cifra de 20 mil hinchas en La Rioja.

Y se festejó como un gol la aparición milagrosa de Alejandro Rébola para salvar un rebote de Vicentini en el área chica. Y al final no hubo más que ir a los penales. Y en los penales todo salió bien. Vicentini atajó. Los pateadores no fallaron. Y el símbolo Vegetti metió el último disparo y todavía están temblando los cimientos de la cancha riojana.

Porque, como cantaron esas 20 mil almas celestes, “vayas adonde vayas, voy a ir”. Esto es Belgrano.