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Kammerath quedará libre a fin de mes

El exintendente, condenado por corrupción cuando estuvo al frente del Palacio 6 de Julio, saldría de la cárcel el 28 de diciembre.

Claudio Gleser cgleser@lavozdelinterior.com.ar

La fecha parece broma: el 28 de diciembre, día de los Santos Inocentes. Pero no es una broma. Ese miércoles, el exintendente de Córdoba Germán Luis Kammerath Gordillo (60) dejará la Cárcel de Monte Cristo y podrá regresar a la calle.

Kammerath, quien fue condenado a tres años y medio de cárcel por negociaciones incompatibles con la función pública por hechos de corrupción cometidos durante su gestión frente al Palacio 6 de Julio, recibirá el beneficio de la libertad condicional.

No significa pena cumplida. Significa poder recuperar la libertad y mantenerla, siempre y cuando se cumplan ciertas normas legales.

El dictamen está en manos del juez de Ejecución Penal 2 de Córdoba, Cristóbal Laje Ros. La resolución está al caer, señalaron fuentes calificadas a La Voz.

El exintendente está preso desde el 28 de octubre de 2021, luego de que la Corte Suprema de la Nación dejó firme la condena en su contra a tres años y seis meses de prisión, en el marco de la causa Radioaviso.

Tras ese fallo de la máxima instancia judicial, la Cámara 2ª del Crimen de Córdoba ordenó la detención.

Kammerath fue trasladado en primera instancia a la Cárcel de Bouwer, donde cumplió buena parte de la condena. Estuvo en el pabellón “VIP”.

Su defensa nunca dio el brazo a torcer y, argumentando problemas de salud del exmandatario, reclamó que fuera trasladado a la Cárcel de Monte Cristo (un establecimiento de semilibertad). Lo que finalmente ocurrió.

Limpieza y buenas costumbres

Kammerath, según fuentes oficiales, ya cumplió los dos tercios de la condena. La pena total se cumple el 28 de abril de 2025. Al no ser reincidente, no tendrá problemas.

Cuenta a su favor con una reducción de 14 meses por “aplicación de estímulo educativo”. ¿Qué es esto? Estudiar muros adentro, capacitarse, hacer cursos, elegir alguna carrera, aprender algún oficio.

Fuentes oficiales señalaron que, estando preso, Kammerath ha realizado distintos cursos de aprendizaje, como asistente de biblioteca, y otros oficios. Además, trabaja realizando la limpieza de la escuela que funciona en la cárcel de Monte Cristo.

Por otro lado, desde el Servicio Penitenciario de Córdoba (SPC) se informó que el interno tiene conducta ejemplar 10. Su calificación más baja fue de 8. Nunca tuvo problemas con presos, ni guardiacárceles, ni jefes. Jamás, una sanción o corrección disciplinaria.

Un informe del SPC señala que Kammerath no tiene (ni tuvo) dificultades en la convivencia con otros presos. Siempre se mostró “distante” con los jefes penitenciarios, nunca se quejó, siempre pidió lo justo y necesario; y cuidó las instalaciones.

El informe psicosocial remarca que el interno tiene estabilidad emocional y conductual, es colaborador y respetuoso.

En relación al hecho por el que se lo condenó (corrupción), Kammerath siempre tuvo “un posicionamiento de limitado compromiso subjetivo”.

Nunca quiso manifestarse en profundidad al delito cometido y achacó en “cuestiones políticas”, en torno al cargo de intendente que tuvo, la responsabilidad de que haya sido condenado y encerrado.

Toda persona que accede a la libertad condicional debe cumplir con ciertas normas: fijar domicilio, no volver a delinquir, no consumir alcohol ni drogas, no causar problemas, presentarse con cierta periodicidad ante alguna dependencia oficial.

El exmandatario vivirá en el country del Jockey Club en el barrio Jardín, en la zona sur de la Capital.

Extensa causa

En 2015, Kammerath fue juzgado y condenado por la Cámara 2ª del Crimen de Córdoba, con apoyo de un jurado popular, por negociaciones incompatibles con la función pública en el transcurso de su gestión como intendente de Córdoba.

Se trataba de la causa Radioaviso: la contratación irregular de un servicio de seguimiento satelital para la flota de vehículos municipales.

Recibió una condena de tres años y medio, además de inhabilitación perpetua. El fallo fue unánime.

Como la sentencia no estaba firme, no quedó preso. Su defensa casó el fallo y todo fue a parar al Tribunal Superior de Justicia (TSJ) de Córdoba.

La máxima instancia judicial ratificó la condena en 2018. Fue entonces que hubo una apelación, esta vez, ante la Corte Suprema de Justicia.

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2022-12-08T08:00:00.0000000Z

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