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Calor, sequía y alerta roja por escasez de agua

Varios municipios de Punilla, en situación crítica por la crisis hídrica.

Matías Calderón mcalderon@lavozdelinterior.com.ar

Las temperaturas extremas que azotan a Córdoba y a gran parte del país por estos días coinciden con la última etapa de escolaridad. En los establecimientos educativos, como en otros ámbitos, se presentan dificultades con casos de alumnos y docentes afectados, con síntomas diversos.

En distintos colegios, tanto públicos como privados, relataron que se observan “niños y adultos descompuestos”. A su vez, plantearon que el nivel de dispersión se acentúa ante las condiciones climáticas estivales.

Por su parte, una alta fuente del Ministerio de Educación de Córdoba subrayó este miércoles que los equipos directivos pueden tomar decisiones para mejorar las condiciones de habitabilidad de las comunidades educativas.

“En el marco de su autonomía, si valoran que no están dadas las condiciones para el normal dictado de clases, tienen facultades para determinar la modalidad o suspensión. Las recomendaciones para las condiciones climáticas extremas como las que estamos experimentando son las que emite la autoridad sanitaria para evitar golpes de calor”, señaló la fuente a la consulta de este medio.

Síntomas en los colegios

En la escuela Teniente General Pablo Riccheri, de barrio Villa Bustos, los estudiantes se muestran “más inquietos y decaídos, con poco ánimo para trabajar”, expresaron sus docentes. “Hay poca presión de agua. Tenemos una tensión entre la necesidad de mantener a los chicos hidratados y conservar el recurso. Al mediodía empezamos a racionar”, contaron maestras de este colegio de la zona sureste de la Capital.

Hay maestras que solicitan que los niños lleven sus propias botellas con agua. “Los chicos están muy desganados. Hay cuatro ventiladores rotos y el presupuesto para arreglarlos excede los 100 mil pesos”, explicaron.

Al haber aulas sin medios de ventilación, salen a la sombra durante algunos momentos del día. “Atendemos a una población que tiene muchas carencias económicas. Las autoridades plantearon que las clases son hasta el 19 de diciembre; con este calor es inhumano”, reprocharon.

Daniel Bustos es profesor del Ipem 175 Padre Grenón, de barrio Villa Azalais, en la zona nordeste de la Capital. “Ayer (por el martes) tuve que volver a casa de manera anticipada porque me faltaba el aire”. advirtió. “Las aulas no tienen ventiladores y se vuelven inhabitables. Es insoportable tomar y dar clases en estas condiciones”, opinó. Y recordó que las clases terminan el 19 pero que en las secundarias luego se inicia la etapa de coloquios, hasta el 29.

En los jardines de infantas la situación no es distinta. Una maestra que pidió no ser identificada planteó que entre sus colegas hay “resignación”. “Pareciera que a nadie le preocupa que las infancias estén expuestas a condiciones infrahumanas. En mi sala da el sol toda la mañana y cada día hay niños que salen descompuestos. Pasa en la mayoría de jardines públicos que conozco”, comentó.

En varios casos, las direcciones de las escuelas ya tomaron medidas. “Se decidió, al igual que en otros colegios, que a partir del 2 de diciembre asistan los estudiantes que recuperan y rinden. El resto es virtual. Cuando empezaron los calores, hubo dos alumnas que se descompusieron”, comentaron en el colegio Atilio Argüello, de barrio Parque República, de la zona oeste de la ciudad de Córdoba.

Los síntomas más frecuentes que en las escuelas relacionan con la exposición al calor son: dolor de cabeza, mareos, dificultad para respirar (ahogo), falta de ánimo, sed abundante y secreción de sangre por fosas nasales.

Por estos días se registró una alta tasa de inasistencias, que en todos los casos relacionan con la ola de calor que se padece.

Padres movilizados

Soledad Cabral, presidente de la asociación civil Familias por la Educación Córdoba, señaló que los y las estudiantes como los y las docentes padecen por la falta de infraestructura edilicia, con aulas generalmente superpobladas. “Hay una gran preocupación en las familias porque a los chicos se les baja la presión, se marean, les duele la cabeza, y hasta les sangra la nariz, tienen náuseas y llegan a desmayarse”, dijo.

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2022-12-08T08:00:00.0000000Z

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