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Iglesia y dictadura, un vínculo complejo

La revisión de los años en que la Argentina vivió bajo la opresión de la dictadura militar que tomó por asalto el poder constitucional, el 24 de marzo de 1976, nunca logró zanjar la polémica por el rol de muchas instituciones. Es factible que la propia sociedad haya quedado segmentada, aunque la gran mayoría sufrió la conculcación de sus derechos más elementales.

Entre los sectores que aún continúan atrapados por aquella controversia, figura la Iglesia Católica, muchos de cuyos miembros de distintas jerarquías eclesiásticas salieron a enfrentar al terrorismo de Estado

y a interceder por los miles de víctimas del sistema represivo.

Sin embargo, la historia refleja también que durante los “años de plomo” (que se remiten a mucho antes del golpe del 24 de marzo) hubo sacerdotes y obispos señalados como “colaboracionistas” de los dictadores o acusados de guardar silencio frente a las flagrantes violaciones a los derechos humanos.

Este tema escabroso se reactualiza por la difusión de una investigación que, a pedido de los obispos argentinos, emprendieron 20 investigadores que trabajaron durante cinco años en la órbita de la Facultad de Teología de la Universidad Católica Argentina.

Como dimos cuenta días atrás en la edición de nuestro suplemento dominical Número Cero, la tarea permitió recopilar miles de papeles de la curia con información confidencial sobre archivos de la Conferencia Episcopal Argentina y del propio Vaticano. El producto del trabajo fue llevado al libro La verdad los hará libres. La Iglesia Católica en la espiral de violencia en Argentina entre 1966 y 1983.

Retomando el pasado aciago, vale insistir en que hubo curas que se jugaron la vida y que por ello cayeron bajo las balas de la dictadura. Entre otros, los sacerdotes Carlos Murias, Gabriel Longueville y el obispo de La

Rioja monseñor Enrique Angelelli.

En cambio, desde la trinchera de la complicidad con los opresores, quedó en la memoria el nombre del cura Christian Von Wernich, quien fue capellán de la Policía bonaerense y hombre de confianza del entonces jefe de la fuerza, Ramón Camps. El “confesor” Von Wernich fue condenado en 2007 a prisión perpetua por delitos de lesa humanidad.

El sacerdote Luis Liberti, uno de los puntales de la investigación que posibilitó desempolvar archivos de la Iglesia sobre la violencia armada en la Argentina, admitió a La Voz que sectores de la curia “no estuvieron a la altura” de las circunstancias en el fragor del peor sistema represivo que se recuerde.

Con todo, ponderó la acción decidida de obispos como Miguel Hesayne, de la diócesis de Viedma, Río Negro, quien, según dijo, siempre denunció las torturas a miles de detenidos por el régimen de facto. Sin embargo, aclaró que el valeroso religioso muchas veces “no fue acompañado” por el Episcopado.

Es decir, la constatación de que no toda la curia diocesana se jugó por ponerle cordura a la barbarie y contener a los familiares de las víctimas.

Es un paso adelante que la propia Iglesia afronte las verdades de su pasado y las haga públicas.

Opinión

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2023-03-22T07:00:00.0000000Z

2023-03-22T07:00:00.0000000Z

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La Voz del Interior