CFK y Macri, partícipes necesarios

A medida que la atomización en las dos principales coaliciones del país recrudece, cobra entidad en algunos politólogos, encuestadores y ciudadanos en general, la conveniencia de que la puja electoral de octubre próximo se reduzca al enfrentamiento entre Cristina Fernández de Kirchner y Mauricio Macri.

Máxime, por tratarse de dos figuras que polarizan la voluntad de las mayorías y despiertan –según quien las considere– los más elevados índices de favoritismo o rechazo,

Siempre en el plano de las hipótesis, el triunfo de uno u otro clarificaría el rumbo que se reclama; acabaría con la dañina dicotomía imperante. La participación de los nombrados, en un “mano a mano”, obraría de balsámico decantador de posiciones. Por el contrario, el eventual triunfo de segundas líneas mantendría vigentes –y con perjudicial influencia– a los dos indiscutibles líderes de hoy. Gravitando sobre las medidas por adoptarse. Manteniéndose como negativos agentes de la grieta que urge obturar. Alejandro De Muro