Series. Volvió el mundo grisha

“STREAMING”. La segunda entrega de “Sombra y hueso” ya se puede ver en Netflix y repite el éxito de su primera temporada.

Llegó la segunda entrega de Sombra y hueso, la serie fantástica de Netflix basada en los libros de Leigh Bardugo. En el final de la temporada anterior, Alina (Jessi Mei Li) y Mal (Archie Renaux) logran escapar de “El oscuro” (Ben Barnes) luego de que éste revele su verdadero rostro y quede atrapado en el abismo.

A continuación, este comentario tiene spoilers de los primeros episodios de la nueva entrega.

Al comienzo de los nuevos episodios, Alina y Mal huyen a Novyi Zem, donde buscarán un segundo amplificador para aumentar el poder de Alina. En esa búsqueda se encontrarán con el príncipe Nikolai (Patrick Gibson, The OA), segundo en la línea sucesoria ravkana y, más cercano al mundo real que el resto de sus familiares, un gobernante en potencia, capaz y auténticamente preocupado por su gente.

El que mucho abarca…

El mundo creado por Leigh Bardugo, que se desarrolla a lo largo de varios libros, es extenso y rico. Si bien no tiene la carga estratégica y política de otras sagas consideradas más adultas como Game of Thrones ,la política, la economía y la religión sí juegan un papel importante en el desarrollo de sus historias.

En la serie eso se incluyó con buen pulso a lo largo de la primera temporada. Ahora, se deja más de lado y buscan abarcar más destinos y más personajes con la misma cantidad de capítulos. En eso, se pierde riqueza. No se le da el tiempo o la atención necesaria al desarrollo de culturas, historias personales, pasados traumáticos. Sombra y hueso ya se arriesgó a ello al introducir en la primera entrega a Kaz Brekker y su grupo, quienes en los libros no tienen nada que ver con la historia de Alina y pertenecen a una saga posterior. El experimento resultó bastante bien. Pero ahora, al sumar nuevos elementos, empieza a probar ser demasiado para una sola pantalla. Sumar algo que no era necesario para la trama ahora puede ser contraproducente.

Para justificar que Kaz y compañía sigan presentes en la pantalla, se adelantan tramas muy complejas que se adelgazan y se introducen a la fuerza, como la vendetta de Brekker contra Pekka Rollins. Otras se inventan y no son más que relleno, como la búsqueda de la espada.

A pesar de estos puntos débiles y cosas que se preveía que podían pasar, Sombra y hueso mantiene su posición como una de las mejores series fantásticas que hay, teniendo en cuenta que otras como The Witcher no han estado a la altura. Lo hace porque, a diferencia de Los anillos del poder, por ejemplo, el manoseo del canon no es todavía tan inentendible y, de seguir, podría perfectamente alcanzar a desarrollar tramas complementarias de las que ahora han sido adelantadas.

Además, continúa mostrando un mundo coherente. En cuanto al ritmo, no aburre y mantiene fácilmente al espectador pegado a la pantalla.

Por otro lado, si bien las evoluciones de algunos personajes no reciben la atención que merecen, las de otros tienen su justo lugar.

En suma, Sombra y hueso da mucho más en esta segunda temporada de lo que quita. En un momento en que, fuera de la franquicia Game of Thrones, otras series fantásticas tambalean, hay que apreciarla más que nunca.