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Soja, carne y madera, para que siga cubierto el bosque

Alejandro Rollán arollan@lavozdelinterior.com.ar

Europa tomó la decisión. A partir del 1° de enero de 2025, la soja, la carne bovina y la madera argentina que ingresen a su mercado deberán proceder de lugares libres de deforestación, posteriores al 31 de diciembre de 2020.

Los precursores de la resolución aprobada en abril pasado, y que también se extiende a los países productores de café, caucho y palma, fundamentan la decisión en una cifra concreta.

Advierten que sin las nuevas exigencias, las importaciones de estos productos a la Unión Europea (UE) podrían causar la pérdida de más de 248 mil hectáreas de bosque cada año, una superficie casi del tamaño de Luxemburgo.

A partir de esta determinación del Parlamento Europeo, a ambos lados del mostrador –importadores y exportadores– ya comenzó la puesta en marcha de los procesos y de las herramientas que van a permitir cumplir con sus exigencias.

A nivel del mercado común, y como suele ocurrir con la implementación de todos los cambios que se producen en el bloque, Alemania es la primera en enarbolar los principios de la legislación. Pero también es la primera nación en generar los vínculos con sus abastecedores de los productos denominados sensibles.

Conscientes de que ese paso a una producción más sustentable tendrá mayores costos para los consumidores y que –según Richard Fischer, del Instituto Thünen de Silvicultura Internacional y Economía Forestal de Hamburgo– están dispuestos a asumir un mayor precio por los bienes finales, representantes alemanes se llegaron hasta Córdoba.

La provincia es la segunda productora de soja a nivel nacional y también referente nacional en la terminación de novillos para la exportación.

El especialista forestal, el sector que más avanzado tiene en el país el sistema de trazabilidad para identificar que la producción no viene de zonas deforestadas, e integrantes de asociaciones de empresas alemanas que están trabajando en la conformación de las nuevas cadenas de suministros se interiorizaron por el impacto de la medida en la provincia.

Si bien la normativa europea identifica tres tipos de países –con riesgo alto, riego bajo y riesgo estándar en cuanto al cumplimiento del requisito sobre el bosque nativo y sobre el cambio de uso de suelo–, Argentina estaría entre los que aportan la mayor seguridad.

No sólo porque el país perdió su mayor cantidad de masa forestal antes del 31 de diciembre de 2020, sino porque también ya hay instituciones que están trabajando en adecuar la producción de soja y de carne al nuevo paradigma.

Estrategia nacional

La labor que desde 2019 viene realizando la Visión Sectorial del Gran Chaco (Visec), plataforma nacional que reúne a todos los miembros de la cadena de valor de la soja para disminuir los impactos ambientales, va en esa dirección y está dando sus primeros frutos.

Su objetivo es incorporar a las decisiones comerciales las variables de impacto ambiental y social de la cadena, bajo criterios de sustentabilidad.

El trabajo llevado a cabo le va a permitir a fin de año realizar el primer embarque de soja argentina certificada de zona libre de deforestación. Serán granos producidos en diferentes lugares del país, segregados no sólo desde el punto de vista físico sino también documental.

Será el puntapié inicial para las pruebas piloto ya con el sistema nacional de trazabilidad que está desarrollando con la Bolsa de Comercio de Rosario, las que se realizarán en 2024, en el umbral de la entrada en vigencia de la normativa europea.

“Para el productor no tendrá ningún costo; sólo va a tener que proporcionar la información al primer punto de acopio, que es donde se cargará la información”, anticipa Daniel Kaminsky, integral del secretariado de Visec, durante su vista a Córdoba.

La información georreferencial, a partir del Registro Nacional Sanitario de Productores Agropecuarios (Renspa), será la puerta de acceso para poder documentar la historia de la producción de soja.

Visec acaba de sumar la carne bovina a su estructura, con la cual los dos productos sobre los cuales la UE va a exigir medidas ambientales aplicarán una estrategia nacional conjunta. El consorcio ABC, que reúne a los mayores frigoríficos exportadores del país, ya trabaja con la empresa Vesica Biz en el diseño de su sistema de trazabilidad.

En Córdoba siguen de cerca el proceso de adecuación a la normativa. El programa de infraestructura de datos espaciales de la provincia de Córdoba (Idecor), que tiene articulación pública y privada, será una herramienta clave para identificar la zona de procedencia de los productos.

Algunos se atreven a asegurar que el cruce de la información satelital de la Provincia con el actual mapa de bosque nativo, que es resistido por las entidades rurales y los productores ganaderos, podría derivar en cambios en el actual esquema de ordenamiento territorial en la provincia.

Córdoba trabaja en la adecuación de la producción de los tres productos a la nueva normativa europea, que exigirá que sea libre de zonas deforestadas.

Agrovoz Opinión

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2023-09-30T07:00:00.0000000Z

2023-09-30T07:00:00.0000000Z

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